¿Sabes quiénes son las Sin Sombrero?

 Mujeres olvidadas de la cultura: las Sin Sombrero


Todos conocemos a la famosa Generación del 27 compuesta por autores ilustres como Rafael Alberti, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Luis Cernuda o Vicente Aleixandre. A todos nos suenan esos nombres, pero, ¿dónde están las mujeres? ¿No había mujeres en la Generación del 27? ¿O es que más bien las invisibilizamos?

Este grupo lo formaban nombres de pintoras como Maruja Mallo, Rosario de Velasco o Marga Manso (no Margarita); escultoras como Marga Gil Roësset además de ser ilustradora y poeta; la filósofa María Zambrano; poetas y escritoras como María Teresa León, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez o Ángeles Santos, pintora y artista gráfica. Nombres que habremos escuchado de pasada o habremos leído en algún libro de texto debido al “Efecto Matilda” en la invisibilización y atribución de logros científicos de mujeres a hombres.

Para entender el contexto en el que estaban sumergidas este grupo artístico de mujeres, nos tenemos que remontar a la dictadura de Primero, de Rivera, la Segunda República y a la Guerra Civil.

La pérdida de las últimas colonias de España fue un duro golpe para el país. Tanto es asi que propicio nuevas corrientes artísticas y de pensamiento. Si a esto le sumamos el debate que se formó sobre “el problema femenino” nos encontramos una invisibilizarían total de la mujer en el panorama intelectual. Se abrió una corriente antifeminista que usaba como excusa el determinismo biológico como argumento para justificar que las mujeres eran el sexo débil.

Así, la sociedad patriarcal estaba decidida a que ninguna mujer tuviese más protagonismo que un hombre, debido a la alarma de la aparición de la nueva mujer después de la Primera Guerra Mundial, que tenía que ocupar puestos destinados en un principio a hombres debido a la falta de población masculina.

Es en este momento cuando valientes mujeres empiezan los movimientos feministas y sufragistas. Aquellas que deciden decir que “No” a la sumisión patriarcal de su momento y exigen participación en la vida pública, independencia, una educación igualitaria… y este proceso comienza en la Segunda República en 1931.

No, la mujer no representaba la modernidad por su forma de vestir o por su aspecto físico. Reflejaba la modernidad porque tiene vocación en su profesión, tiene una formación cultural (aunque no como la de los hombres, claro está), una conciencia política y alababan los avances tecnológicos y sociales. Las Sinsombrero eran las deudoras de la incorporación al mundo laboral y político de la Generación del 14 con Clara Campoamor, Victoria Kent o Carmen de Burgos.

Las artistas españolas de esta generación reivindicaban el papel de la mujer en la cultura. Muchas de las hacían reseñas de libros u opinaban sobre arquitectura, además de reflexionar sobre el papel de la mujer en aquella sociedad en la que se encontraban en ese momento. Muchos se indagan por la palabra “portavoza”, pero estas maravillosas mujeres fueron las precursoras de palabras como “autora”, “escritora”, “pintora” … lo que nos tiene que hacer ver que el cambio se puede dar y no es tan difícil. Sólo tenemos que poner todos de la parte de las mujeres y empezar a ver el peso que tienen realmente en la sociedad.

Gracias a esto se empieza a ver a una mujer más fuerte en el ámbito literario. Es un personaje fuerte, emancipado, que lucha por su libertad y en contra de su destino marcado por la sociedad patriarcal en la que vive. Si hay que representar el “look” de la mujer de la época, veríamos a una mujer en actitud intelectual o fumando.

La Guerra Civil fue un golpe muy duro para el movimiento feminista. Supuso un retroceso colosal de los avances que se habían conseguido hasta le momento. Pero estas mujeres encontraron su espacio en el exilio. En cambio, las mujeres que se quedaron en España sufrieron las duras represalias de la guerra como la cárcel o el silencio intelectual, lo que hacía que acabasen asesinadas en la mayoría de los casos.

Encontramos en Las Sinsombrero un ejemplo claro de sororidad. En algunos aspectos no estaban de acuerdo, pero lo que las unía era mucho más fuerte que lo que las separaba. Tenían que luchar unidad contra una sociedad de hombres que las rechazaba y las ninguneaba. Así, sus centros de reunión eran muy importantes, ya que es donde ejercían esa unión y lucha. Algunos eran sitios que no eran físicos, como la Revista de Occidente o La Gaceta Literaria. Y otros eran lugares físicos como la residencia de Señoritas de Madrid, el Lyceum Club Femenino, la Residencia de estudiantes o a la Asociación Universitaria Femenina.

Llegados a este punto una se puede preguntar, ¿y si son mujeres tan importantes, por qué no se dan en los colegios, institutos y universidades? Por desgracia, aunque es verdad que cada vez menos, la mujer está muy invisibilizada en el ámbito intelectual. Si no lo creéis así, pensad. Pensad en nombres científicos, pintores, poetas, literarios, escultores… Ahora pensad en nombres de mujeres científicas, pintoras, poetas, literarias, escultoras… ¿A que no os vienen nombres a la cabeza? Esto es por la invisibilización que sufrimos y a día de hoy sigue siendo una realidad.

Lista de algunas recomendaciones de libros escritos por las Sin Sombrero:

  • Cuatro años en París, Victoria Kent.
  • El hombre y lo divino, María Zambrano.
  • Persona y democracia, María Zambrano.
  • Barrio de maravillas, Rosa Chacel.
  • La mujer en la diplomacia y otros artículos, Clara Campoamor. 
  • El derecho de la mujer, Clara Campoamor. 
  • La mujer fría, Carmen de Burgos. 
  • La mujer moderna y sus derechos, Carmen de Burgos.

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