El feminismo y las princesas Disney

No necesitamos un príncipe azul: nosotras también somos aventureras y tenemos carácter.



Echando la vista hacia atrás, podemos ver una gran evolución de las princesas Disney y si hoy en día sacaran una película como la de Blancanieves la crítica se echaría encima debido a que ya somos conscientes del papel sumiso ligado a la idea de príncipe azul que nos han inculcado desde pequeñas.

El cine es un lugar que refleja la realidad que nos rodea, por mucho que esté lleno de dragones, magia y castillos. De ahí que las princesas Disney no sean nada más que muñecas a la espera de que su príncipe azul montado a lomos de su caballo blanco venga a rescatarnos y vivir felices y comer perdices. Nos han metido tan hondo eso en la cabeza que a día de hoy hay mujeres que siguen con esa mentalidad patriarcal.

No es de extrañar que las princesas Disney tuvieran esos comportamientos machistas, ya que, si las películas las hacían y dirigían hombres y la primera película de una princesa Disney fue Blancanieves en 1937, la película refleja la mentalidad que se tenía por aquel entonces. Perpetuaban los cánones de belleza inalcanzables, la sumisión al hombre, la ingenuidad rozando la incultura (ya que, a una princesa con ser guapa, estar calladita y amar a su príncipe proporcionándole herederos le vale).

Como decía Virginia Woolf decía:

Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas; y esto, como veis, deja sin resolver el gran problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela. 

Lo mismo lo podemos aplicar al cine y a otros tantos ámbitos de la cultura. Por eso, a medida que van avanzando los tiempos, nuestras princesas se van adaptando a ellos y liberándose cada vez más, y esta vez sí que son un buen ejemplo a seguir por las mujeres de hoy en día, aunque aún queda un largo camino por recorrer.

Cenicienta: “Incluso los milagros tardan un poco de tiempo”.

Vamos a ahondar un poco en la evolución de las princesas de Disney. En el primer lugar tendíamos a Blancanieves, Cenicienta y Aurora. Son las mujeres de los cuentos clásicos donde encontramos a la mujer más sumisa y pasiva. Guapas, cantan con los animales, muy amables con todo el mundo y huyen de una mujer malvada (porque son mujeres que al no comportarse como las princesas y no tienen a un gran amor son unas amargadas que planean atrocidades contra otras personas) y la única manera de salvarlas es con un beso de amor verdadero (de una persona que acabas de conocer y no has tenido ni una sola conversación como en el caso de Aurora y Blancanieves). 

Coincide que ninguna de la tres vive con sus padres (o no tienen). En el caso de Aurora vive con tres señoras que se dedican a cuidar, coser, cantar, cocinar... y en el caso de Blancanieves lo hace ella misma y en el caso de cenicienta solo puede huir de eso a través de un matrimonio que ha conseguido en una rifa de solteras que ha organizado el rey.

Ariel: “No es posible que un mundo que hace tantas maravillas sea tan malo”.

En la siguiente etapa en cuanto a los estereotipos siguen siendo los mismos, pero hay una diferencia. Ya no es sumisa y no se deja llevar por las decisiones de su padre y toma las suyas propias, aunque se equivocarse y es aventurera. Estamos hablando de Ariel. Lo de rechazar las normas del padre a partir de aquí se va a repetir bastante, pero el fallo grave que tiene esta princesa (y otras) es que hacen todo lo que sea por el amor romántico.  El método que esa es el siguiente: se acude a la magia negra de una mujer amargada, gorda y fea que te dice que te va a quitar la voz porque calladita estás más guapa. Como vemos, las malas siempre tienen que ser unas señoras amargadas que no tienen amor que quieren destruir el universo, o en este caso, al padre de Ariel (lo que lo convertiría en una “despechada”).

Bella: “¿Qué sabes tú de mis sueños?”

Pasamos a la siguiente categoría con La Bella y la Bestia. Qué decir de esta película. En primer lugar, Bella rompe con lo que se espera: es una chica a la que le encanta leer y no hace caso de las críticas y le planta cara (bueno, en realidad le contesta con una sonrisa amable y huye de él) a un acosador sexual, que es Gastón. 

En realidad lo que ella quiere es vivir aventuras y no estar encerrada en un pueblo con un marido y criando a hijos. La moraleja de la historia está en que “la belleza está en el interior”, pero claro, está en el interior de los hombres. Pero lo más gracioso de esto es que lo que recibes de recompensa es a un chico que se transforma en un príncipe bellísimo. No tiene mucho sentido, ¿verdad? Por no hablar de que lo que muestran es a una mujer maltratada verbalmente que es obligada a estar encerrada en un castillo hasta que llegue a amar a la bestia porque no le queda otra. Sorprendentemente esta vez Bella le planta cara de forma valiente, aunque luego se acaba enamorando de su secuestrador. Digamos que es un buen ejemplo de síndrome de Estocolmo.

Jasmin: "No soy un trofeo que se gana o se pierde".

Después de casi sesenta años produciendo películas, a Disney se le ocurre crear una princesa árabe: Jasmin. ¡Diversidad por fin! A partir de aquí es cuando empiezan a aparecer princesas de otros países no blancos por debajo de las rocas. No todas las princesas son caucásicas, gracias. Además, esta princesa tiene un poco de mala leche y se enamora de un joven que no es de su misma clase social, lo que nos indica que no es una pobre damisela en apuros. Se sigue moviendo por el amor, pero no es algo malo, ya que no tiene ningún reparo en decir que “No”, pro ejemplo a su padre con el tema del matrimonio concertado.

Megara: “Bueno, ya sabes cómo son los hombres: piensan que ‘No’ significa ‘Sí’ y que ‘Piérdete’ significa ‘Hazme tuya'”.

Junto a Esmeralda, es uno de los personajes más infravalorados de Disney. Ella no es una princesa, pero hay una razón por la que no cae bien: es abiertamente antipática. Los demás personajes de Disney son amables y sonrientes, pero a ella no le importa ser cortante y borde. No se entrega al amor ciego, ya que hasta reflexiona de si merece o no la pena enamorarse. Incluso llama a Hércules “cliché”. Además, le dice a él que no necesita ser salvada y hasta llega a tocar el tema del consentimiento sexual durante la película.

Pocahontas: "Algunas veces el camino correcto no es el más fácil".

Y por fin llega Pocahontas, la primera princesa que al final de la película diciendo adiós a su amado príncipe. No es que no le interese el amor, porque estaba enamorado de John Smith, pero quedarse para gobernar su pueblo le parece más importante que irse a Inglaterra, por lo que tiene sus ideas claras. Además, fue muy valiente enfrentándose a los colonizadores y defendiendo a su tribu de ellos. Cabe destacar que es la primera princesa que tiene una amiga y que no tenía que buscar animales parlantes para tener una conversación.

Esmeralda: “Pregonas justicia, pero eres cruel con los que más necesitan tu ayuda.”

Aunque no sea una princesa, a quien no debemos pasar por alto es a Esmeralda. Es una mujer que pertenece a una minoría étnica (es gitana) y sobrevive sola. Es una mujer combativa, y lucha contra las injusticias de la discriminación como la pobreza o la marginación de los gitanos, sin miedo a enfrentarse ni a los policías ni el clero ni a nadie que se le ponga por delante. Está bastante olvidada porque no es una princesa, pero a pesar de que se acaba casando, no hay que dejarla atrás.

Mulán: “Son asquerosos.”

El cambio abismal se empieza a dar con nuestra queridísima Mulán. Rechaza el matrimonio, no le importa la belleza y se cuela en el ejército para luchar en lugar de su padre demostrando que es una mujer fuerte, valiente e independiente demostrando que está a la misma altura que los hombres. Pese a haber acabado casada (ese bache aún no lo hemos superado), no es a lo que más importancia le da, pro lo que es un muy buen ejemplo para las niñas, sobre todo. Hay quien dice que Mulán podría ser un ejemplo de transexualidad, pero la verdad es que ella se comporta y viste como un hombre para infiltrarse, no porque ella quiera.

Tiana: "Eso me pasa por pedirle deseos a las estrellas. Uno sólo puede lograr lo que quiere trabajando duro."

El feminismo es la liberación y empoderación de las mujeres y como resultado de ello, se da la igualdad. Pero se ha de mostrar que las mujeres no sólo han sido oprimidas pro el hecho de serlo, sino que por ser de otra raza la cosa iba a peor. Históricamente la discriminación pro la raza ha sido también muy protagonista en el día a día de la humanidad. Por eso el que Tiana sea una mujer fuerte y negra es algo increíble, porque visibiliza todo esto. Su sueño no es casarse, no es encontrar el amor verdadero, sino que es montar su propio negocio: un restaurante. Si bien es cierto que también se acaba casando (y el suyo no es un amor a primera vista, ya que al igual que Bella, necesita romper un hechizo), muestra a una mujer de clase baja, sirvienta, con sus imperfecciones que lucha día a día para conseguir sus sueños sin importar lo duro que haya que trabajar para ese sueño.

Rapunzel: “Una pequeña rebelión, un poco de aventura.”

A partir de aquí encontramos una las princesas Disney más recientes pero que a su vez trata un cuento clásico: Rapunzel. En el cuento original esta espera a ser rescatada sacando su larga melena rubia por la ventana esperando a que vengan a rescatarla. Ella no. Ella negocia con un ladrón para que la saque de allí para conocer mundo y vivir emocionantes aventuras, ya que su madre (una bruja) la tiene encerrada para su propio beneficio. Es curiosa, valiente, no busca el amor y no es una damisela en apuros. De hecho, es aquí donde los hombres empiezan a pedir ayuda. Un cuento clásico que se adapta a los nuevos tiempos.

Mérida:  "Nuestro destino vive en nosotros. Sólo debes ser lo suficientemente valiente para verlo".

Soltera y orgullosa de ello, nos encontramos con Mérida. En su película Brave (que significa valiente) nos enseña a cómo puede ser una relación de madre e hija y que los problemas se pueden resolver hablando las cosas. El problema surge con la rebeldía de Mérida, ya que no se quiere casar. Ella se enfada con su madre por querer convertirla en una princesa perfecta que se casa por obligación, perdiendo su libertad. Además, no cumple con los estereotipos de “dama”, es muy buena con el arco, monta a caballo, explora… Al final, cumple su objetivo: se casa cuando ella lo desee y sus padres están de acuerdo. Por fin una princesa que no se casa al final.

Elsa y Anna: “No te puedes casar con alguien que acabas de conocer”. 

Con esta frase desmontarían los sueños de Blancanieves, Ariel, Aurora y Cenicienta. Elsa y Anna llegan ara romper con todo. Tanto ha sido su impacto que hasta a los niños les ha encantado, haciendo ver que las películas de princesas no son sólo para niñas. En Frozen no se lucha contra un malvado, sino que Elsa lucha contra ella misma, ya que emprende un largo camino para encontrarse a sí misma. También Anna aprende la lección: no te cases con el primero con el que cantes una canción pegadiza sobre amor y sándwiches. Si bien ella sí que se acaba casando, lo que salva el reino no es un beso de amor verdadero de un príncipe, sino el acto de amor que hace Anna protegiendo a Elsa. En definitiva, el amor fraternal. Se habla de que en la secuela Elsa va a ser lesbiana, lo que sería genial y un gran paso para la visibilización del colectivo LGTB, pero que no busque el amor no significa que sea lesbiana.

Vaina: "Si me voy un mundo nuevo descubriré".

Por último, llega Vaiana. Una princesa que no cumple con los estereotipos de belleza, es curiosa, aventurera, luchadora, navegante, aprende de sus errores, inteligente y el matrimonio ni se menciona en la película. A pesar de las órdenes de su padre, ella sale a navegar y se dispone a ser la heroína de su pueblo. Con la ayuda su amigo, el dios Maui, se dispone a salvar a su pueblo cueste lo que cueste. El viaje que emprende a su vez también se convierte un viaje hacia la madurez, ya que vuelve más fuerte que nunca. Ella también tiene a su favor que, en un mundo creado para ella, no tiene que lugar contra el patriarcado. Ella es la que va a ser la jefa de su aldea, Maui la desprecia por mortal, no por mujer, su padre le prohíbe explorar el mar, pero para que no sufra el accidente que él tuvo. Por tanto, su género no es un obstáculo para nada. Se normaliza la igualdad.  


En definitiva, aún queda mucho por hacer:



Comentarios

Entradas populares de este blog

Iconos feministas en "Los Simpsons”

¿Sabes quiénes son las Sin Sombrero?